No hay duda que será un proceso histórico para Chile. Inédito. Único. Paritario. Nunca pensé estar ahí y sospecho que cada día será una sorpresa. Quiero dejar registro de lo que ocurra. Para que no se (nos) olvide, pero también para quien quiera saber lo que pasa dentro y hacerse su propia idea. Es importante la transparencia. Los blogs se leen cronologicamente de abajo hacia arriba y muchas veces escribo mientras se desarrollan confusos episodios.

El primer gran fraude oficial: Rojas Vade

Claramente no fui la única afectada. Fue Chile completo el que se comió el gran fraude de Rojas Vade. De hecho, no voté por él ni sabía de su existencia hasta después de electos.

Supe quién era porque me invitaron a grabar un programa con él. Una especie de "un día con...", que comparaba la vida de dos convencionales de sectores políticos distintos. Y ahí busqué en google quién era Rodrigo Rojas Vade.

Me encontré con uno de los convencionales de la lista del pueblo más votados, que había sido detenido en las protestas de plaza Italia después de electo, con una historia de un cáncer terminal muy dura - asociada a deudas millonarias-, que lo había llevado a ser un símbolo de la primera línea, de la lucha por el acceso a la salud y el fin de la desigualdad. 

"Si esto va a ser una mierda, que lo sea para todos", decía en la franja. Cuestionable declaración, pero al escuchar su historia, al menos se entendía su frustración con "el sistema".

Así fue como nos conocimos. En la televisión. Conversamos largo rato. Nos contamos nuestras historias a través de fotos. Compartimos un buen rato, tanto frente como fuera de las cámaras de televisión. Me contó detalles de la vida de su familia, de cuando su papá desempleado perdió la casa por deuda y de su "dolorosa enfermedad". 

Detalles. Por ejemplo: "lo que la gente ve de los enfermos con cáncer, es que se cae el pelo de la cabeza y la cejas, no ven que se cae el pelo de la nariz y que en el invierno duele mucho respirar". "Lo que más cuesta es levantarse en la mañana, pero de a poco uno va tomando fuerza".

No me sentí mal por creerle todo. ¿Cómo iba a dudar de un testimonio así? Aunque igual se debe haber reído de mí cuando el 4 de julio de 2021 (hacía mucho frío), me acerqué a preguntarle si estaba bien, si necesitaba algo. O cuando en mitad del invierno, como no lo había visto en un par de semanas, le escribí para saber de su salud.

O quizás no se reía. Porque  cuando nos veíamos nos saludábamos con cariño, me preguntaba por mi familia, por mis hijos, y si me echaban de menos ahora que los veía menos.

El resto de la historia todos la saben. Pensar que estuvo a punto de ser vice presidente. Pensar que miles confiaron - y votaron- por él. Pensar que hoy es el símbolo del fraude y desilusión que causó para muchos -millones- el proceso constituyente. 


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