Aumento de asignaciones y censura
Gente de bien que lee este blog:
Jueves y viernes pasaron dos cosas lamentables. Los del pueblo le dieron la espalda al pueblo, y se sigue censurando la participación de convencionales cuando dicen algo que, a quienes mandan, no les parece.
Primero. La Comisión de Presupuesto y Administración está preocupada de las “necesidades” de los constituyentes y todavía no hablamos una palabra de las necesidades de la ciudadanía. Daniel Stingo pide más recursos, Matias Caamaño más asignaciones para asesores y Linconao liberar los recursos para los constituyentes.
La austeridad en gastos tiene que ser un principio rector de la Convención, pero ahora cada constituyente recibiría 6.1 millones de pesos: 2.5 millones de sueldo, 2 millones para asesores, 1.4 millones para manutención y 260 mil para otras cosas. Al menos cuando yo decidí postular sabía que el sueldo era de 2,5 millones bruto y 1,4 para asesores. Con esto, cada día que pasa la Convención se asemeja a lo que tanto se ha criticado del Congreso. No se cambian las reglas del juego en medio del partido, menos cuando toca auto-beneficiarse. No sé nada de porcentajes, pero 1,4 sobre 3,66 es un aumento que se acerca al doble, casi llegando al triple. No me parece respetuoso con el pueblo, pero el de verdad.
Lo grave de esto es que llegamos a esta Convención criticando el actuar de quienes se fijaban el propio sueldo y no se ponían límites a la reelección: los parlamentarios. Eso se corrigió en parte. Se bajaron los sueldos en un 25%, se puso fin a la reelección indefinida y se estableció un comité externo que determina las remuneraciones y asignaciones de los parlamentarios.
¿Y qué pasa en la Convención? En un mes, aumentamos el presupuesto de funcionamiento y nos subimos las asignaciones a más del doble. Pero eso no es lo más grave. Lo más preocupante es escuchar en los pasillos cómo se sacan cálculos de cuándo termina la inhabilidad para postular a cargos públicos, de forma de dejar en la Constitución que el próximo período parlamentario dure hasta que haya terminado ese plazo y así podamos postular al Congreso. En un mes. En un sólo mes ya se ven los vicios de 30 años.
Por otra parte, la presidenta Loncon asegura que “hay una agenda política de derecha... y convencionales que quieren involucrarnos en esta situación de violencia”. Esto sólo porque se criticó que no haya condenado la violencia en la macrozona sur, cuando lo mínimo sería decir algo frente a tal gravedad, envergadura y publicidad de los actos. Menos ella, cuando se involucró voluntariamente en temas de violencia al respaldar la petición de indulto a los que considera presos políticos.
Asimismo, en la comisión de derechos humanos, censuraron a Ruth Hurtado cuando quiso decirle a la machi Linconao que, pese a estar involucrada y resultar absuelta en el asesinato de los Luchsinger Mackay, tenía todo el derecho a estar en la aludida comisión (tal como el almirante Arancibia). Le apagaron el micrófono aludiendo al delito de odio y la amenazaron con llevarla a la comisión de ética. Lo contradictorio es que a los convencionales de derecha se les dice permanentemente privilegiados, poderosos, incluso nos tratan de ladrones y ahí nadie entiende que es odio.
No habrá casa de todos ni de nadie, si se censura cada vez que un constituyente que piensa distinto a los que mandan es censurado y cancelado. La libertad de expresión debe correr siempre, no sólo cuando alguien dice algo que me molesta. Sobre todo porque sólo llegaremos al mejor texto posible si estamos dispuestos a escuchar a otros.
Empieza el fin de semana, ojalá se calmen los ánimos internos. Partimos bailando en una ronda y cantando el derecho a vivir en paz, pero no terminó nada de pacífica la semana.
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