Estimados lectores:
Pues bien. Fuimos citados por la mesa (así aprendí que se le dice a la suma de Presidenta + Vicepresidente en la jerga política) a las 15 horas, para la segunda sesión plenaria. Igual varios llegamos temprano al Palacio Pereira y la prensa estaba agolpada esperando declaraciones. Entre las cosas que escuché (y que estaba en muchos medios) es la impecable conducción de la ceremonia de Carmen Gloria Valladares. Estoy de acuerdo con eso, pero también pienso que hubo un grupo que desentonó. No estaban presentes a las 10. No estaban presentes a las 12. No dejaron cantar el Himno Nacional. Menos mal que hubo 1/3 o más que estuvimos a la misma altura que la secretaria del Tricel y cumplimos con el horario de trabajo (¿Quién llega tarde el primer día de trabajo?), que fuimos pacientes y esperamos, no exigimos que se siguiera adelante a las 12 horas acordadas, respetamos y aplaudimos de pie a la presidenta y al vicepresidente electos, hubiéramos o no votado por ellos.
Algunos convencionales mandaron un comunicado pidiendo que se vuelva a cantar el Himno en forma respetuosa y que se invite a las orquestas juveniles a interpretarlo, disculpándose por el espectáculo. Su directora señaló que los niños músicos se habían sentido atemorizados. ¡Qué vergüenza que niños que seguramente estaban emocionados de protagonizar un momento histórico, a quienes se ha enseñado desde chicos a respetar los símbolos patrios y que practicaron para la ocasión, se hayan visto sometidos a este triste espectáculo de adultos irresponsables!
A las 15 horas comenzamos a llegar al salón habilitado en el ex Congreso, pero no cabíamos en la sala respetando el aforo, no estaba listo el streaming, no había micrófonos ni pantallas habilitadas en las salas no plenarias, por lo que no podíamos trabajar todos juntos. Se inició una discusión respecto de qué hacer, cuando la presidenta Loncón sugirió someter a votación si seguíamos o suspendíamos la sesión.
Una enfermera convencional (ya me sabré los nombres, pido disculpas) dijo que le parecía una imprudencia; Arturo Zúñiga dijo que nadie estaba por sobre la ley y que la norma sanitaria aplica a todos (por lo que tampoco se podía votar el incumplimiento); Fernando Atria y Constanza Hube estuvieron de acuerdo (¡impactante!) en que no se podía continuar así.
Una integrante de la lista del pueblo señaló a viva voz, desde el balcón donde no había micrófonos, que esto era culpa del gobierno, que sabía hace rato que se debían cumplir los protocolos sanitarios y tener habilitado el sistema. La sorpresa fue el aplauso espontáneo de todos los convencionales - Vamos por Chile incluido - al hacer alusión a la responsabilidad del gobierno.
Hemos vuelto a ser citados para mañana a las 10 am. Salas y sistema de micrófonos deberían estar habilitados. Esperemos que comencemos a organizar el trabajo, porque si el vicepresidente insiste en hacer declaraciones sobre temas que corresponden al Poder Judicial, vamos a hacer un nuevo papelón.
Por otra parte, esperemos que nos aboquemos no sólo a los temas reivindicatorios que le importan a la presidenta Elisa Loncón, sino que a los temas que le importan a todos los chilenos: salud, educación, descentralización, pensiones, seguridad pública. De lo contrario, caeremos rápidamente en el saco de las instituciones políticas mal evaluadas y nuestra propuesta de texto constitucional no tendrá la legitimidad que todos queremos que tenga.
Paréntesis: ¿Notaron que nuestro presidente es hombre, se llama Jaime, pero habla en femenino? "Nosotras", "todas", "estamos citadas", "soy la vice presidenta", "nosotras las integrantes de la Convención". Cuando se refiere a él, o cuando se refiere al grupo mixto. Eso sí que es novedoso para mí.
En resumen: la mala (pésima) noticia es que no sesionamos. La buena noticia es que aparentemente llegamos al primer acuerdo transversal: no estamos por sobre la ley y debemos cumplir la normativa sanitaria, nos guste o no.
Saludos,
Horus
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