Día 4, parte 2: oh sí!
Queridos todos:
Alrededor de las 15.34 horas retomamos la sesión. La presidenta comenzó por pedir un minuto de silencio por Luisa Toledo, “luchadora social”. Toda la Convención se pone de pie en forma respetuosa, en 5 salas según sorteo, interconectadas y con todo funcionando. Comienza el debate según la tabla, definida por la mesa directiva: propuesta de ampliación de los cargos de la mesa; propuesta de la creación de comisiones de reglamento, ética, presupuesto, administración interior, y propuesta de protocolo COVID.
Ninguna de las propuestas tenía más contenido que lo señalado en el párrafo anterior. Ni siquiera cómo se eligen. Pero Jaime Bassa explicó que necesitaba más personas en la mesa directiva ya que era demasiado el trabajo. Después Elisa Loncón dijo que era para mayor representación política. A nadie le queda claro para qué es, porque lo mismo se puede hacer a través de comisiones, comités, encargados y no es necesaria tanta vicepresidencia.
Esto mismo lo confirmó el debate, cuando lo que más se escuchó fue que era necesario que la mesa fuera amplia, diversa, paritaria, sin cuoteos políticos, plurinacional, con criterios territoriales, descentralizada, feminista y ecologista. Lo raro es que en mi opinión la Convención completa ya se supone que es así y, lograr todas esas características en una mesa, solo es posible con una mesa Té Club. Se me vino un # a la mente #TodosSomosMesa
En fin. Todo estuvo muy enredado en un debate sin reglas, pero lo más increíble fue cuando el vicepresidente sometió a votación, en el salón de honor, la posibilidad de constituir un “comité que colabore con las tareas de la mesa”. Primero, se tomó la votación a mano alzada y obtuvo un apoyo notoriamente mayoritario. Pero una vez cerrada la votación, un grupo de constituyentes rodea la mesa y se deja sin efecto la votación y cambia la pregunta. No se pierda el Tweet de Bernardo de la Maza, con foto incluida, que describe tal cual lo que fue.
Se vuelve a votar lo mismo, pero esta vez es la “ampliación de la mesa directiva”. Es decir, más cargos. Obviamente se aprueba por mucho. Luego el vicepresidente nos vuelve a sorprender cuando, sin previo aviso ni debate, pone en votación que los cargos que se amplían son 5 (mesa queda constituida por 7). Se aprueba, la mesa vuelve a ser rodeada y vuelve a sorprender poniendo en votación que se sumen 2 cargos más, para los escaños reservados. Se aprueba. Mesa queda conformada por 9.
Nueve integrantes, 3 de los escaños reservados. Suma y divide: 1/3 de la mesa directiva son representantes de los pueblos originarios. Algo no calza cuando uno suma los votos obtenidos por los 17 representantes de escaños reservados electos y los compara con el número muy cercano a la cantidad de votos obtenidos por una sola representante de Chile Vamos.
Finalmente todo se desordenó (si es que era posible más) y no se pudo seguir con la sesión. Ya eran casi las 20 horas, pero nada funcionaba mejor que una asamblea universitaria.
Resumen del día: se puso en votación cosas que no se habían acordado, se rodeó la mesa después de cada votación, no quedó registrado quién votó qué, a favor o en contra, no calzaba el número de votos, se anuló una votación, se cambió la pregunta y no hubo registro de asistencia.
Para mañana tenemos una interesante tabla: la declaración sobre los "presos políticos de la revuelta" y de la Araucanía. Eso sí, sujeto a que logremos avanzar en lo que quedó pendiente hoy: aprobar las comisiones de participación ciudadana, COVID y participación de pueblos indígenas (¡oh sí, una distinta!), y aprobar protocolo COVID del Colmed, que entre otras cosas, nos pide hacernos 2 PCR por semana (¡oh sí, 2 veces a la semana!).
No se pierda el capítulo de mañana. Tal como dice el enunciado de este blog: “sospecho que cada día será una sorpresa”.
¿Nos iremos ordenando?
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