Incertidumbre total: más preguntas que respuestas.
Debe ser porque la gente necesita respuestas y los periodistas hacen su pega al buscarlas, pero desde el lunes siguiente a la elección de convencionales constituyentes, no paran las preguntas. Para casi todas ellas, la respuesta es "no sé".
No sé cuándo empezamos. No sé si alguien nos llamará para avisarnos. No sé si hay que jurar o prometer. No sé tampoco si hay algo así como un dress code o uno puede elegir entre la amplia gama de vestuario existente entre el diputado-terneado-bienpeinado-Urrutia, hasta la extravagancia de Florcita o Pamela.
Bueno, quizás la gracia está en que esto es tan nuevo, tan inédito, que nosotros mismos nos daremos las reglas, en lo que se llama reglamento. ¿Se irá a considerar una sugerencia en el vestir? Espero que no, pero sí que haya algunas reglas de respeto y límites al discurso. Hay pocas cosas más insoportables que escuchar a quienes les gusta hablar sin parar, para oírse y admirarse a sí mismos.
Igual parece que tengo una especie de trauma con el Congreso actual y, se supone, que la Convención no es el Congreso ni se le debiera parecer. Para empezar, los 155 somos bastantes más diversos en composición. Poco colegio de élite, poco PUC, poco ex dirigente, incluso poco militante. Dicen que es más parecido al Chile real. Ahora ¿alguien sabe qué es el Chile real?
Espero mantenerlos informados de lo que vaya pasando. No revelaré mi identidad, pero sí tomaré posición en algunos temas. No podría dejar de hacerlo, está en mi esencia.
Quizás hasta se arma una comunidad secreta.
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